Ayúdanos compartiendo
duelo

DUELO

Hay que tocar el fondo para salir a la superficie.
– Giorgio Nardone –

El duelo es un proceso emocional natural que surge tras una pérdida significativa: una muerte, una ruptura sentimental, un abandono, un despido… Cada persona lo vive de forma única, con síntomas que pueden incluir:

  • Confusión, frustración, rabia o miedo
  • Ansiedad, tristeza, culpabilidad o negación
  • Dificultades para dormir, comer o concentrarse
  • Aislamiento, irritabilidad y sensación de vacío

No hay un tiempo exacto. El duelo es una herida emocional que necesita espacio para cicatrizar. Lo importante no es cuánto dura, sino cómo se elabora.

  • Negación: mecanismo de defensa que suaviza el impacto inicial
  • Enfado: rabia, resentimiento y búsqueda de culpables
  • Negociación: fantasías de revertir lo ocurrido, pactos con lo imposible
  • Depresión: dolor profundo, tristeza, agotamiento e incertidumbre
  • Aceptación: integración de la pérdida y apertura a una nueva etapa

Ocurre cuando la persona queda bloqueada en una fase, sin avanzar. El sufrimiento se prolonga y afecta la vida diaria:

  • Insomnio o pérdida de apetito
  • Irritabilidad constante
  • Aislamiento social
  • Dificultad para realizar tareas cotidianas

¿Tiene solución?

Aunque no podemos recuperar lo perdido, sí podemos sanar la herida emocional. Existen herramientas terapéuticas que ayudan a elaborar el duelo de forma saludable, permitiendo volver a disfrutar de la vida con paz, presencia y propósito.

«El duelo suprimido sofoca. Hace estragos dentro del pecho y está forzado a multiplicar su fuerza.»
– Ovidio-

Ayúdanos compartiendo